miércoles, 20 de mayo de 2015

La cremación de cadáveres y su impacto negativo en las personas y el medio ambiente



Hoy hablaremos de la cremación, uno de los procesos de tratamiento de cadáveres más usado en nuestros días y de cómo actúa negativamente en la salud de las personas y el medio ambiente.

Para ello, nos apoyaremos en un estudio realizado por el Departamento de Ciencias de Ingeniería Ambiental de la Universidad de Florida.

Principalmente, este proceso emite contaminantes atmosféricos por tres vías:

1.- La combustión
2.- La combustión incompleta
3.- La volatilización de metales preexistentes en el cuerpo humano a incinerar

La combustión es responsable de la emisión de la materia en forma de partículas, del cloruro de hidrógeno, y de otras emisiones que dependen de los elementos presentes en la atmósfera.

Combustión incompleta durante la cremación: como con cualquier proceso de combustión incompleta, produce monóxido de carbono.

Asimismo la volatilización de metales o la deposición de metales sobre el hollín, que se emite a la atmósfera, es responsable de los agentes contaminantes mercurio, cadmio, y plomo.

Otros agentes contaminantes que se generan a partir de la cremación y sus efectos sobre la salud y el medio ambiente, son los siguientes:

Monóxido de Carbono: reduce la capacidad de la sangre para oxigenar al sistema cardiovascular y nervioso. La exposición a largo plazo provoca daño al cerebro debido a la carencia de oxígeno. Los síntomas de la exposición del monóxido de carbono son varios e incluyen vértigos, náusea, fatiga, y control muscular disminuido.

Materia en forma de partículas: Las partículas mayores de 10 micrómetros son absorbidas por las fosas nasales. La inhalación de partículas de menos de 10 micrómetros es muy peligrosa para la salud humana. Entre 10 y 1 micrómetro las partículas son absorbidas por la tráquea mientras que las partículas de menos de 1 micrómetro llegan a los pulmones y a los tubos bronquiales de los que inhalan. Las afecciones por exposición a corto plazo son irritación y constricción pulmonar, que causa dificultades respiratorias, tos crónica y asma. Los ancianos son los más afectados por esta condición. Los materiales peligrosos, como el plomo y el cadmio, en estas partículas se disuelven una vez en los pulmones y dañan las células.

Cloruro de Hidrógeno: Los resultados de la inhalación del cloruro de hidrógeno incluyen la irritación de los pulmones, que da lugar a tos crónica, y a disminuciones respiratorias importantes. Una exposición más alta puede causar acumulación de líquido en los pulmones, de lo que resulta dificultad respiratoria severa. El cloruro de hidrógeno es también corrosivo y causa severa irritación en los ojos así como las quemaduras que pueden causar daño ocular permanente.

Óxidos del Nitrógeno (NOx): El nitrógeno es causa de catástrofes ambientales tales como la niebla de humo y la lluvia ácida. El nitrógeno también ataca pulmones y vías respiratorias.

Dióxidos de Sulfuro (SO2): El sulfuro es el octavo elemento más abundante del cuerpo humano. Como con los óxidos del nitrógeno, el dióxido de sulfuro es un ingrediente de la lluvia ácida y éste causa daño ambiental. El dióxido de sulfuro causa problemas de respiración y daño permanente a los pulmones.

Dioxinas: El cuerpo también contiene un porcentaje de clorina y la cremación produce así dioxinas que se forman en las partículas del hollín que permiten al producto químico peligroso viajar del sitio de la incineración a los pulmones y la sangre de los pobladores aledaños al crematorio. Estas partículas son pesadas y se depositan en tierra. La hierba contaminada permite a la dioxina entrar en la cadena alimenticia y será consumida en última instancia por los seres humanos y almacenada en grasas del cuerpo. El nivel medio de dioxinas en el cuerpo humano sirve para inmunizarlo, mientras que las concentraciones superiores a la media dañan la salud. Los daños al hígado, al riñón y a la zona digestiva son provocados por las dioxinas. El cáncer, el aborto, y los defectos de nacimiento son también posibles en las concentraciones más altas que la media.

Plomo y cadmio: Los niveles elevados del plomo pueden causar daño irreversible en el sistema nervioso, daño cerebral, y afectar la química de la sangre. El efecto adverso del cadmio incluye náusea, convulsiones, y vómitos después de la exposición a corto plazo. La exposición a largo plazo al cadmio provoca daños irreversibles en riñones, hígado y huesos.

Mercurio, cadmio y plomo: Los estudios han encontrado tanto como 200 microgramos por el metro cúbico de mercurio durante el proceso de la cremación de un cuerpo con los rellenos dentales de la amalgama. Los peligros del mercurio son severos incluso en dosis pequeñas. Presente una vez el mercurio en el cuerpo afecta inmediatamente la función de los riñones y el sistema nervioso central. La pérdida del balance de bacterias intestinales resistentes, de antibióticos naturales del organismo, y pone en severo riesgo la fertilidad.

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